Arte y género

Dora Ángela Duncan… Isadora. La ninfa. Eterna.

por Rosana Actis*

Dora Ángela Duncan… La mujer que cambió la danza para siempre.

Quizá porque se movía como las olas del mar que tanto le fascinaban.

Vivió solo cincuenta años, de 1877 a 1927.

Contaban los que la vieron bailar que lo hacía como por instinto, descalza, alguna vez desnuda, o vestida al estilo griego, con esas túnicas traslúcidas que le daban su sello personal de diosa pagana, como las imágenes que descubrió en las ánforas helénicas que atentamente analizaba y estudiaba en los museos londinenses.

Estadounidense de nacimiento, inglesa por adopción. Se mudó del oeste al este, primero. De San Francisco a Chicago. Luego, a los 17, a Nueva York. Después, se fue a Inglaterra. Al revés de la corriente de los que iban a América a probar suerte, para escapar de la precariedad económica europea y de la guerra de inicios del siglo XX. Pero su situación familiar, patrimonial y afectiva, eran por demás vulnerables. Nada la ataba prácticamente. Y ella quería BAILAR. No solo dedicar su tiempo y esfuerzo a ejercicios de danza clásica, de barra y piso. Como no pudo persuadir a sus maestros neoyorquinos buscó nuevos horizontes.

Pudo mostrar su arte en Londres y fue muy exitosa. Pronto fascinó a los auditorios y recorrió las capitales europeas, bailando e hipnotizando con su mecerse libre en escena, sin zapatillas ni tutús. Según los testimonios de sus seguidores nunca eran iguales sus performances.

Sobre los desgraciados acontecimientos que marcaron su vida – la muerte de sus dos pequeños hijxs y su propio final trágico – mucho se sabe, pero de lo que se habló mucho menos fue de su pensamiento revolucionario para la época que le tocó vivir: “Decía que las mujeres eran tratadas como esclavas y que el matrimonio era una condena. Creía, también, que había que amar sin condiciones ni contratos y que las mujeres debían tener hijos cuando quisieran y con quien quisieran. (Así l)o hizo”.[1] Fue madre soltera. Respecto de sus amores se sabe que era bisexual, que tuvo parejas heterosexuales y dos hijxs de distintos hombres, que mantuvo relaciones con mujeres conocidas de su época, que en sus tiempos de matrimonio con el “poeta ruso Serguei Esenin, también bisexual y diecisiete años menor que ella, fue acusada de comunista”[2].  “Allí donde iba, había escándalo, como cuando en julio de 1916, durante una accidentada gira en Buenos Aires, bailó desnuda, envuelta en una bandera argentina en un club nocturno[3].

Isadora polémica, siempre desafiante… como el mar.

Gentileza de sylviagold1

* Politóloga argentina, egresada de la Universidad Nacional de Rosario y con formación de postgrado en materia de derechos humanos, empleo/desocupación, evaluación de proyectos sociales, estadística con perspectiva de género, comunicación social y ceremonial. Ecofeminista. Activista en derechos humanos. Secretaria de Prensa de la Asociación Americana de Juristas. Responsable de Relaciones Institucionales de la Revista online Género y Derecho Actual. Actualmente se desempeña en el Poder Judicial de la Nación.

[1] https://www.infobae.com/cultura/2017/05/31/la-vida-tragica-de-isadora-duncan-la-que-tenia-alas-en-los-pies/

[2] http://www.arcondebuenosaires.com.ar/isadora_duncan_2.htm/

[3] https://www.infobae.com/cultura/2017/05/31/la-vida-tragica-de-isadora-duncan-la-que-tenia-alas-en-los-pies/