Género y Ambiente

Derechos humanos, política y medio ambiente. Reportaje a Silvia Vázquez.

por Rosana Actis*

Con esta conversación virtual con Silvia Vázquez, presidenta del Partido Verde argentino y actual Directora de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC) inauguramos una nueva sección de reflexión de GDA: Género y Ambiente.

Lxs invitamos a conocer sus puntos de vista sobre cuestiones políticas internacionales, inquietudes académicas y curiosidades de su percepción sobre el tema que le propusimos discutir.

“Transitar por el mundo de la política desde una perspectiva feminista y ambiental fue intenso”

En nuestro país muchas mujeres recorrieron por años un camino en busca de igualdad de género, impulsadas por sus sueños de equidad de derechos y empoderamiento. Si bien la matriz cultural patriarcal y la estructura social tradicional no eran cuestiones sencillas de  revertir, la situación nacional fue cambiando y las mujeres, a pesar de la resistencia de muchxs integrantes de la política y de la sociedad en general, pero también con el respaldo de quienes sinceramente nos consideraban pares –algunos del Congreso, otros del resto de los poderes del estado– y el consenso  social y popular, conseguimos los cambios necesarios para empezar a conquistar espacios visibles de poder. Tal es así que hoy día muchas mujeres ocupan cargos de relevancia institucional. Y aunque todavía no se alcanzan los porcentuales adecuados, muchos reclamos van fructificando, poco a poco, siempre y cuando sigamos a paso constante e ininterrumpido.

Silvia Vázquez, presidenta del Partido Verde argentino y actual Directora de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC – Cancillería) ha recorrido un largo camino. Desde sus inicios hasta hoy, en la política y en la profesión de abogada, viene impulsando proyectos relativos a la conquista de derechos humanos, de derechos de las mujeres y el medio ambiente.

 

¿Cómo fue ese transitar desde sus inicios hasta hoy por el mundo de la política, desde una perspectiva más bien feminista y ambiental, como mujer y como defensora de derechos humanos?

 

Puedo definirlo con una palabra: intenso.

Porque coincide con las transformaciones que protagonizamos en la sociedad argentina hacia una cultura democrática, de tolerancia hacia las diferencias, de valoración de las diversidades. De negar a reconocer el techo de cristal sobre nuestras cabezas a luchar cada día, para romperlo. Formo parte de una generación que decidió abrazar la vida y luchar por ella en todas sus formas, que nos comprometimos al NUNCA MÁS a las dictaduras militares, para abrazar la democracia, la participación política, y que creemos profundamente en la responsabilidad con nuestro presente y con las generaciones futuras como valor fundante de nuestras acciones individuales y colectivas.

 

¿Cuáles son los puntos en materia ambiental que en su criterio representan los más serios desafíos entre los objetivos de la agenda 2030 para el cumplimiento de los ODS de la ONU?

 

Creo que el mayor desafío es que deje de ser una agenda aspiracional para convertirla en política de estado.

 

¿Cómo vislumbra que podría articularse un Green New Deal en clave nacional, respetuoso de nuestra idiosincrasia, con perspectiva de género y real compromiso ambiental?

 

La Nueva Alianza Verde es una idea inspiradora que nace en EEUU y que hoy toma cuerpo en la Unión Europea y más allá, para hacer frente al calentamiento global y a la crisis económica financiera. Hace poco conversaba con Jeremy Rifkin (sociólogo, economista, consultor político y activista estadounidense autor “El Green New Deal global: Por qué la civilización de los combustibles fósiles colapsará en torno a 2028 y el audaz plan económico para salvar la vida en la tierra”, 2019, Editorial Planeta), y ante una pregunta similar me aconsejó mirar la experiencia China al respecto. Allí también se está debatiendo un modelo de desarrollo que ponga énfasis en la lucha contra el cambio climático. Claramente primero hay que comprender y aceptar que estamos ante una catástrofe climática de origen antropogénico que nos demanda actuar aquí y ahora. Y sobre todo en la recuperación de las economías post COVID.

Los desafíos ante el cambio climático, incluidos los impactos de las enfermedades zoonóticas, nos obligan a estrategias que también son a escala planetaria. No hay mucho que discutir: alcanzar la neutralidad 0 de emisiones de gases de efecto invernadero al 2050, haciendo las transiciones necesarias en esta década que es decisiva para frenar el aumento de la temperatura en 1,5 máximo 2°. Nuestro país, al igual que tantos otros enfrenta la crisis climática, el impacto destructor de la pandemia sobre la salud, las vidas y la economía, agravado por una deuda externa sin precedentes.  Necesitamos afrontar las consecuencias de la destrucción de nuestros ecosistemas, como es el caso de los bosques y la defensa del agua, priorizando que las inversiones se organicen alrededor de los principios ecológicos, y así cambiar la forma de producir y consumir, que se reemplace la economía lineal de producir, usar y descartar por una economía circular virtuosa, que migre hacia una matriz energética renovable y produzca alimentos sin veneno. Necesitamos priorizar el gasto público en salud y educación, con una justa valorización de los trabajos esenciales muy mal pagos y que son en su mayoría ocupados por las mujeres. La creación de empleos también replantea la reducción de la jornada laboral a nivel mundial y una reformulación del modelo de desarrollo agroindustrial de carácter extractivista hacia un modelo sustentable que promueva un desarrollo integral de Argentina sin dejar a nadie atrás.

 

En lo que hace a la situación latinoamericana, ¿qué lazos podrían reforzarse con los países de la región en materia de desarrollo sustentable?, ¿podría ser impulsando un mayor compromiso ambiental y de cuidados de lxs más vulnerables en cada uno de nuestros países?

 

Estamos muy involucradxs en la aprobación parlamentaria del Acuerdo de Escazú[1], que es el primer tratado a nivel mundial y el primero en América latina y el Caribe, para fortalecer la democracia ambiental y proteger la acción de lxs activistas ambientales. Es un paso muy importante en este sentido. Con la aprobación de nuestra Honorable Cámara de Diputados y la ratificación por parte nuestro país, entraría en vigor, ya que en Méjico ha sido ratificado en estos días

 

En su opinión, qué contribución jurídica/normativa habría que proponer para el afianzamiento de los derechos ambientales y de la naturaleza como sujeto de derecho propiamente dicho?

 

Bolivia avanzó en el sentido del reconocimiento de los derechos de la madre tierra a partir de una ley que los consagró. Creo que es una meta muy potente, pero que deben darse aún muchos debates y transformaciones culturales para que ese ejemplo pueda ser replicado en otros países. La fuerte presencia de las culturas originarias hace que sea natural ese reconocimiento en el derecho positivo.

Por otra parte, en nuestro país, la construcción normativa es muy sólida, pero creo que las metas de las leyes de presupuestos mínimos parecen haberse transformado en máxima aspiración. Es algo que hay que rever.

 

Dada la actual situación de crisis mundial consecuencia de la pandemia por Coronavirus – COVID 19 y las posibles salidas económicas para generar ingresos nacionales que contribuyan a un desarrollo sustentable, ¿qué características cree que los acuerdos internacionales productivos y comerciales que suscriba Argentina deberían tener?

 

Ante todo, deben incorporar los compromisos de los países intervinientes para evitar los impactos ambientales negativos locales, regionales y globales. Necesitamos incorporar la evaluación de las emisiones de gases de efecto invernadero, hacer una evaluación ambiental estratégica que ponga en consideración todos los aspectos, no solo los económico financieros. Y es muy importante poner a disposición de la ciudadanía la información completa y detallada para fortalecer el proceso de participación ciudadana.

 

La materia ambiental parece ser un tema de preocupación entre lxs jóvenes en nuestro país. En septiembre de 2019 fue un joven argentino, Bruno Rodríguez, quien acompañó a Greta Thunberg con su discurso por la preservación del planeta y contra el cambio climático ante el Secretario General de ONU. ¿Cómo ve la experiencia de compromiso de lxs jóvenes que luchan por el ambiente en nuestro país?

 

Inspira y alienta a seguir esta lucha que nuestra generación lleva décadas sosteniendo. Sentimos la continuidad. Y es magnífico ver que por primera vez aparece la ciudanía ambiental a escala global cuando lxs jóvenes de más 170 países salen a las calles con una consigna que lxs une en defensa de todxs, en defensa de la Vida en todas sus formas, sintiéndose unx con la creación,  parte de unx misma naturaleza. Emociona, compromete aún más. Es algo que conversamos siempre con lxs jóvenes en nuestro partido.

 

En América Latina la cuestión ambiental se ve atravesada no solo por problemáticas económicas, sino también por las de género, etnia. Berta Cáceres, la reconocida ambientalista salvadoreña perdió la vida en su lucha por la defensa del medio ambiente, la tierra y los derechos de su pueblo. Si bien los responsables materiales de su asesinato fueron condenados a fines de 2019, sus hijas continúan su camino y exigen que se complete la investigación de los hechos, así como el enjuiciamiento de los autores intelectuales de su muerte. ¿Usted lo considera viable? 

 

Ante todo, creo que debemos prevenir que siga ocurriendo. Y en ese sentido, la ratificación del Acuerdo de Escazú por parte de nuestro país es además una contribución en solidaridad con nuestrxs hermanxs activistas ambientales que en muchos países de América sufren persecución y muerte al defender los recursos naturales y enfrentar corporaciones muy poderosas.  Hacer justicia por Berta Cáceres y llevar la investigación hasta los responsables intelectuales es el camino para frenar que haya nuevas víctimas.

*. Politóloga argentina, egresada de la Universidad Nacional de Rosario y con formación de postgrado en materia de derechos humanos, empleo/desocupación, evaluación de proyectos sociales, estadística con perspectiva de género, comunicación social y ceremonial. Ecofeminista. Activista en derechos humanos. Secretaria de Prensa de la Asociación Americana de Juristas. Responsable de Relaciones Institucionales de la Revista online Género y Derecho Actual. Actualmente se desempeña en el Poder Judicial de la Nación.

1. El proyecto para su ratificación por parte de la República Argentina fue aprobado por el Senado de la Nación a mediados de agosto 2020. Su tratamiento por parte de la Cámara de Diputados de la Nación se encuentra pendiente.