Mujeres que hicieron historia

Virginia Bolten

(1876 – 1969)

La mujer detrás del mito

 

“Hay en Rosario una joven puntana de palabra enérgica y dominante que arrastra a las multitudes; más enérgica que Luisa Michell, tiene indudablemente mejores formas que ésta”.

Juan Bialet Massé.

 

 

Como bien es señalado por numerosos trabajos de historiadorxs e investigadorxs que se han encargado de intentar reconstruir la historia de Virginia Bolten: toda posible variable en los datos de precisión sobre la vida y obra de esta mujer anarquista, feminista, sindicalista y revolucionaria para su época, no modifica para nada el legado que que ha dejado para la historia de Argentina y Uruguay.

La agitadora de masas a quien apodaron en su momento la Luisa Michel por sus discursos enérgicos y su palabra tenáz, nació en San Luis en 1870 aunque conste en su acta de bautismo 1876, recordemos que en esa época no existía el rigor actual ni las instituciones gubernamentales para registrar él fehaciente nacimiento de las personas.

Sus xadres se separaron en su adolescencia dejándola a ella con sus hermanxs en la provincia de San Luis, de dónde decidió migrar hacia Rosario, Santa Fé: esa fue la meca de su desarrollo activista, en donde se sublevó frente a los regímenes patronales explotadores e influenció a varias compañeras de la Refinería Argentina de Azúcar en donde trabajaba a levantarse contra las injustas condiciones laborales que sufrían. También fue el lugar donde se casó con Manuel Manrrique y tuvo sus primerxs dos hijxs.

El 8 de enero de 1896 fundó “La Voz de la Mujer” hasta el 1 de enero de 1897, folleto que salía esporádicamente y que sostenía con donaciones de compañerxs anarquistas y con su propio sueldo como obrera para difundir ideas anarco-comunistas y, a vistas de éstos tiempos, también feministas: ya que denunciaban incluso a sus propios compañeros de movimiento de luchar por la libertad ignorando las míseras condiciones a las que estaban sometidas las mujeres. “La Voz de la Mujer” divulgó su famosa frase: “Ni Dios, ni Patrón, ni Marido”, constó de 9 números y fue escrito en colaboración con varias compañeras, entre ellas Juana Rouco Buela.

Fue representante y promotora de la Federación Obrera Argentina (luego FORA).​

Fue detenida en numerosas oportunidades por la policía debido a su comportamiento subversivo frente a las fuerzas armadas, sus enérgicos discursos en la vía pública y por difundir propaganda anarquista a sus compañerxs de la refinería.

Una de estas detenciones se dio luego de encabezar la primera manifestación del Día del Trabajador de nuestro país, luego de uno de sus extraordinarios discursos por alterar el orden público, un día después de haber dado a luz.

 

Su lucha en Uruguay

En 1907 participó de la Huelga de Inquilinos como integrante del Centro Femenino Anarquista, por lo que terminó siendo deportada con la Ley de Residencia de esa época a Uruguay, lo que genera distintas versiones sobre su verdadera nacionalidad, y de donde nace la hipótesis probable de que se haya hecho pasar por uruguaya, para evitar la detención en Argentina y para reunirse con su marido que ya se encontraba extraditado junto con sus hijos.

Como comunicadora también colaboró con el diario “La Nueva Senda de Montevideo”, además de ser redactora y corresponsal del periódico anarquista “La Protesta Humana”.

Virginia Bolten tendió al movimiento anarco batllista, donde apoyaban las leyes laborales del presidente uruguayo José Batlle y Ordóñez para 1910.

Ya exiliada en Montevideo también encabezó manifestaciones para pronunciarse en contra de la represión que se había dado en Buenos Aires el 1 de Mayo de 1909 donde las fuerzas armadas de Ramón Falcón asesinaron a una decena de trabajadores.

También trabajó en la Asociación Femenina Emancipación, y en 1923 Integró el Centro Internacional de Estudios Sociales.

En 1950 se reunió en Argentina con Eva Duarte para apoyar el sufragio femenino.

 

Los últimos tiempos de su vida

Ya radicada en Uruguay definitivamente, su casa se había convertido en un centro de actividades militantes y un centro de operaciones anarquistas.

Si bien los últimos años de su vida no están documentados para el rastro de los historiadores, Isis Nahir Frau, su bisnieta viva en Argentina, (y mi madre), puede dar cuenta que vivió hasta 1969 y que su casa efectivamente siempre fue un espacio para los desamparados y hambrientos.

Más allá de los datos en disputa, y de su corrección con quien la conociera como bisnieta desde su linaje materno, su nombre y su legado están latiendo aun en los escombros del anarquismo latinoamericano y ha sentado junto a sus compañeras de lucha las bases para él feminismo actual hablando siempre sobre feminización de la pobreza, amor libre, economía feminista, tareas del cuidado y violencias diversas exigiendo siempre la igualdad frente a los compañeros anarquistas y todas las clases sociales.